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La dependencia de los productos básicos agricolas vuelve a adquirir protagonismo en el plano internacional. Las fuertes caidas de precios que se han registrado recientemente han inducido a la Comunidad internacional a examinar meticulosamente el problema y a asumir una serie de Compromisos generales de actuación. Más recientemente, varios países en desarrollo dependientes de los productos básicos (PDDPB2) han instado a la OMC a prestar especial atención a Ia situación en que se hallan3. El comercio internacional de productos básicos agricolas reviste una importancia fundamental para el empleo y Ia renta de millones de personas en los países en desarrollo y constituye una de las principales fuentes de ingresos y divisas para muchos de dichos países. Asimismo, los productos básicos representan el motor del desarrollo económico en numerosas subregiones de los países en desarrollo. Sin embargo, las condiciones de vida de los productores de este sector son sumamente inestables, debido a Ia elevada volatilidad y a Ia tendencia decreciente a largo plazo de los precios de gran número de productos básicos. Entre 1970 y 2000, los precios de algunas de las principales exportaciones agricolas de los países en desarrollo, como el azúcar, el algodon, el cacao y el café, experimentaron una disminución de entre un 30 % y un 60% (en dólares constantes). La evolución a Ia baja y Ia volatilidad de los precios redundan directamente en perjuicio del desarrollo humano, en razón de su efecto negativo sobre Ia renta y los salarios del sector agrario, el empleo y las condiciones sanitarias de Ia población rural, comprometiendo, sobre todo, las medidas encaminadas a reducir Ia pobreza en los PDDPB, en los que una proporción significativa de Ia población y de la economía dependen de tales productos. En esos países, la evalución de los precios da lugar asimismo a desequilibrios macroeconómicos: reduce los ingresos de exportación, Ia capacidad de atender al servicio de la deuda, las importaciones, Ia disponibilidad de crédito, los ingresos del Estado y Ia provision de servicios básicos, como sanidad y educación.