Colombia: el amanecer de una nueva era

Estoy al tanto de Ia magnitud de mi tarea al tratar el futuro de Ia economía global del café delante de una audiencia tan bien informada. Una tarea aún más desafiante cuando se lleva a cuestas el legado de personas tan influyentes y respetadas en el mundo del café, coma Don Arturo Gómez y el señor Jorge Cárdenas, mis predecesores. De igual forma, deseo agradecer al Comité y al Director Ejecutivo por Ia invitación a estar hoy con ustedes. Es un gesto que señala un interés profundo en promover un diálogo franco entre los productores y los consumidores. De hecho, mi presentación pretende relatar el sufrimiento y el dolor que experimentan cientos de miles de familias pobres, pequeños caficultores, y trabajadores rurales en los países productores de café. No obstante, esta perspectiva tampoco es el único punto de vista del que quiero hablar. También quiero hablarles como colega, no importa lo pequeño que sea, cada uno de ellos es un empresario, un factor crítico del negocio en el mundo del café. Mi esperanza, también es tratar estos temas, ante este auditorio, con Ia experiencia de una institución que tiene el privilegio de ser uno de los exportadores lideres de café verde y procesado en el mundo. Ustedes nos conocen bien. La Federación Nacional de Cafeteros de Colombia ha sido y será un socio de confianza y credibilidad. En ese sentido, siento que hablo ante un grupo de amigos. Y eso me permite que sea sincero y vaya al punto.