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La pobreza, el hambre, el crecimiento económico, a producción de alimentos y Ia degradación de los recursos naturales son los grandes retos del mundo actual. Aunque se espera que Ia población mundial llegue a 8.000 millones en el año 2025, al menos 800 millones de personas hoy sufren de hambre crónica. La pobreza generalizada seguirá siendo ante todo rural, pese a que Ia población urbana se triplicará durante ese mismo período. Para reducir la pobreza es esencial el desarrollo de una economia agrícola floreciente que haga posible Ia seguridad alimentaba y el manejo sostenible de los recursos naturales. La agricultura proporciona los medios de subsistencia para más del 60 por ciento de Ia población de los paises en desarrollo, y en muchos países las familias campesinas constituyen el 80 por ciento o más de la población (Banco Mundial, 2990). La agricultura ya ha alcanzado los límites de Ia tierra y el agua, de modo que el aumento futuro de Ia producción de alimentos debe aprovechar los rendimientos biológicos con Ia tierra existente (Banco Mundial, 1997). De cara a este reto tecnológico, Ia agricultura enfrenta una crisis en muchas partes del mundo en desarrollo. En Asia se ha reducido la tasa de crecimiento inducida por Ia revolución verde. En Africa, Ia producción per cápita de alimentos ha descendido casi todos los años desde 1970 y esto se ha reflejado en una hambruna recurrente. En muchas partes de America Latina y el Caribe, Ia presión de la población y la agricultura extensiva son una grave amenaza para el medio ambiente (Banco Mundial, 1990). Y en el mundo industrializado, Ia oposición a Ia agricultura de alto consumo de insumos está aumentando como reacción a problemas tales como los derechos de los animales, el temor a los productos diseñados genéticamente y la contaminación de la tierra y del agua.