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En 2007 el sistema financiero estadounidense evidenció fallas críticas que desembocaron en una crisis financiera internacional a finales de 2008; esta última se tradujo prontamente en una recesión de Ia economía real a escala mundial, cuya gravedad solamente es comparable con Ia observada durante Ia segunda guerra mundial o Ia crisis de 1930. Los países desarrollados sufrieron cuantiosas pérdidas en su riqueza, afectando la demanda por los productos de las economías emergentes. Pese al optimismo de algunos sectores, parece poco probable que Ia economía se recupere rápidamente y sin ninguna secuela. Por el contra rio, diferentes señales apuntan a que el retorno al crecimiento será lento y difícil. En dicho contexto los retos para el sector cafetero serán inmensos. La disminución en el ingreso disponible y Ia aversián al riesgo por parte de las personas, ha fomentado en los paIses desarrollados, cambios en los patrones de consumo de café y en los países emergentes, estancamiento del mercado de grano. Con lo anterior en mente, resulta relevante reflexionar sobre las posibles implicaciones de Ia crisis sobre el sector cafetero y Ia manera en que este deberá responder ante los eventuales cambios.