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Un pesimista podría mirar los diferentes mercados del café -verde, terminal y tostado- como una guerra. Los vencedores viven, los perdedores mueren. Al final, de una guerra completa, quién es el enemigo?. Los competidores?. Los proveedores?. Los clientes?. Es este un caso de derrotarlos o que ellos nos derroten?. Actualmente el campo de batalla esta cubierto por productores y comerciantes que están mortalmente heridos o muy próximos a serlo. Podría decirse que Ia última gran Guerra del Café Verde estalló en julio de 1989. Básicamente ha sido una batalla entre el dinero efectivo y el café. Claramente el efectivo ha ganado Ia partida durante los últimos tres años y en los primeros meses de 1992 aparece venciendo en una victoria decisiva. Sin embargo, actualmente, cuando se perfila Ia posibilidad de un nuevo Acuerdo Internacional del Café (AIC), existe Ia probabilidad de un armisticio. Considerando que Ia firma MAN ha trabajado por obtener mejores precios a través de un buen AIC, desafortunadamente no creo que podrá hacerse un nuevo Acuerdo con las cláusulas económicas. En consecuencia, en los próximos años, resultarán muchas víctimas. Nos debemos preguntar realmente hay ganadores en esta guerra?. Una vision alternativa, más optimista sobre el negocio, es Ia de observar Ia cadena de abastecimiento desde Ia finca hasta el consumidor final como una sociedad. A lo largo de Ia cadena podría darse un grado considerable de competencia pero al mismo tiempo los participantes del mercado siempre reconocen que su salud y rentabilidad dependen de Ia supervivencia y el éxito de sus proveedores y clientes. Por lo tanto, existe un enlace informal entre los países de origen, el comercio y Ia industria para elaborar el producto final. Cada eslabón de Ia cadena es vital.